Baño del perro

El baño de un perro suele ser un momento muy complicado especialmente si el animal es indócil o si no se siguen determinadas pautas. Lo primero que debe saberse es que el baño se debe dar regularmente, pero no de forma muy continuada, ya que ello puede disminuir las defensas del animal, así como el microorganismo saprófitos y la grasa que proporciona al pelo lubricación, sedosidad y evita el resecamiento de la piel.

Si se baña con mucha frecuencia ocasionará que la humedad permanezca en el animal durante dos o tres días (aunque se le haya secado con cuidado) lo que aumentará las posibilidades de que el perro sufra dificultades respiratorias en el futuro.

El tipo de pelaje del animal influye en la frecuencia del baño debido a que el agua siempre provoca una muda de pelo, que tiene mayor importancia en los canes de pelo doble.

Los dueños sabrán que hay olores del animal que no se eliminan mediante el baño, por lo que esta no es una solución para erradicarlos, ya que sólo es posible hacer que desaparezcan mediante un tratamiento médico. En el caso de que el perro se ensucia mucho, se recomienda usar algún tipo de champú en seco o en polvo y cepillarles con mucha regularidad.

Al momento del baño se debe comenzar a aplicar el champú por el lomo y hay que extenderlo hasta las patas, dejando la cabeza para lo último. Cuando llegue el momento de lavar la cabeza, hay que extremar las precauciones para evitar que el jabón se introduzca en sus oídos o en sus ojos.

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