Comprender las diferencias en el orden social. Para los gatos, el lugar físico es muy importante. Para los perros, el lugar social es muy importante. Mientras el perro acepta la dominación del gato sobre el territorio, por lo general la relación funciona.
Al igual que con la introducción de animales de compañía, hay que pensar positivamente, actuar con autoridad y confianza. Lo que sientes y piensas se traduce en tus acciones, y tus animales sentirán tus emociones.
Los perros y los gatos no se comunican de la misma manera y tienen dificultades para entenderse. Por ejemplo, un perro que levanta la pata tiene un gesto de que quiere jugar, pero una pata elevada para un gato es una amenaza.
Un buen carácter, es importante que el perro este bien entrenado, y a menudo aceptara un gato como miembro de la familia con bastante facilidad. En cambio, la introducción de un gato adulto con un cachorro en casa puede ser difícil para el gato. Los cachorros son inquietos y llenos de energía.
Mantén al perro de la correa durante la introducción del gato. Utiliza un cabestro para perros muy jóvenes. Trata de mantener la correa floja.
Limitar a un cachorro o un perro es necesario a veces. Le tienes que dar tiempo al gato para que ande por la casa, y conozca la topografía de su territorio. Si mantienes al perro separado por una puerta o en otro lugar, el gato puede investigar de manera segura el nuevo hogar.
Al salir de la casa, separar los animales en lugares distintos, las áreas deben están separadas de forma segura. Dé a cada acceso el agua, una cama u otro lugar adecuado de descanso, y algunos juguetes. Asegúrate de que el gato tenga acceso a una caja de arena. También asegúrate de que todos en tu familia y cualquier cuidador entiendan la necesidad de separar a los animales en este momento.
