Al igual que en casi cualquier cachorro, los vómitos y diarrea los primeros meses de vida pueden presentarse, ya que el estómago está probando cosas por primera vez, que nunca antes había probado. Esto hace que en algún momento, el estómago pueda sobrecargarse o sentirse diferente y algo le caiga mal. Cuando es bebé, los vómitos y diarreas pueden ser peligrosos, ya que se puede pasar por un proceso de deshidratación.
Recomendamos acudir al veterinario lo antes posible.
Mientras, podemos hacer algunas cosas en casa, que lo ayudarán a sentirse un poco mejor. Algunas de estas cosas son por ejemplo, que coma un poco de comida humana. Una buena comida que se le puede dar a los perros que sufren problemas de estómago es el arroz hervido. Al igual que a los humanos, esto les facilita la digestión y no les cae pesado en el estómago, lo que hace que no se deshidraten y además estén más fuertes que si por ejemplo, no hubiesen comido nada.
Cuando el perro ya no es un bebé, no existe tanto problema. Si un perro vomita “plantas” no te preocupes… al menos por el perro. Esto es un proceso normal que hacen todos los perros, algunos comen plantas para “aliviar” su dolor estomacal vomitando al ratito.
Sin embargo, si notamos que el perro comienza a comportarse de forma extraña y no quiere comer ni tener contacto “humano”, entonces si puede ser que sea algo mucho más grave.
Si hemos cambiado la dieta del perro de forma repentina, no debemos preocuparnos si comienza a vomitar, ya que esto puede venir dado justamente por el cambio en la comida.
Para comprobar si los vómitos son solamente indigestión o algo más grave, se le debe privar al perro en la medida en la que se pueda de comer, durante al menos 24 horas.