Los perros son mascotas que naturalmente pueden llegar a ensuciarse al caminar por diferentes lugares al aire libre. Es por ello que su cama va acumulando suciedad también, y más allá de la cantidad de veces que los bañemos, no tiene sentido si la limpieza no se realiza también en su lecho. Por lo tanto, con el fin de tener un perro limpio, también se debe mantener la higiene de su cama.
Dependiendo del material de confección de la cama donde duerme nuestro perro, podemos lavarla de diferentes maneras. Si sólo se trata de una manta es mucho más sencillo su lavado. Se la puede colocar en un lavarropas automático o lavarla a mano utilizando productos especiales para quitar todo tipo de pulgas y otros parásitos que pudieran haberse acumulado.
Existen otros modelos de camas de madera u otros materiales, pero siempre tienen un colchón donde el perro pueda sentirse cómodo. Para poder realizar el aseo correspondiente debemos quitar el colchón y su funda si fuera posible. Luego seguimos el mismo tratamiento que ya se ha explicado con las mantas.
Al realizar este tipo de procedimiento de aseo en la cama de nuestro perro, lo conveniente es contar con una cama suplente para que pueda descansar. Otro detalle a tener en cuenta son las condiciones climáticas al momento de lavar la cama de un perro. Lo ideal es que se trate de un día plenamente soleado para que el secado sea lo más rápido posible y luego no se perciba olor a humedad.