Educación y comportamiento en los primeros meses del perro

Educación y comportamiento en los primeros meses del perro
Una vez acabada ya la vacunación y en perfecto estado de salud, es el momento de empezar a sacarlo a la calle varias veces al día, cada 5 ó 6 horas, durante los primeros meses.

Lo ideal es hacerlo tras las comidas y al despertarse por las mañanas. Dado que su metabolismo es rápido y sus esfínteres menos controlables, a lo mejor se escapa algo en casa, pero hay que regañarle cada vez que lo haga y premiarle mucho en la calle si conseguimos que realice sus necesidades donde queremos. Se puede empezar dándole una galleta como premio, e ir sustituyéndolo por caricias y palabras de alegría o conformidad (entienden perfectamente la palabra de ánimo como _bien_ y se siente recompensados por ella).

Recompensas y castigos

Son la base de su educación en esta etapa. El castigo ha de ejecutarse inmediatamente después de la acción a reprochar, no horas más tarde. Entonces ya no sirve de mucho, aunque veamos que él mismo se esconde o nos huye. Lo mejor es recompensarle siempre que se pueda con caricias, palabras afectuosas o roces para que él se sienta bien. Esto funciona y dura más que un castigo con golpes o patadas que no va a entender. No sirve de nada pegarles, no entienden esa mano que les acaricia y les pega en otro momento, sirve mucho más un _no_ enérgico y seco.

Habrá que ir acostumbrándolo al collar y correa. No es recomendable esperar al último instante para colocarlos porque puede terminar reconociéndolos como algo desagradable. Es mejor jugar y distraerlos cuando les colocamos algo extraño a ellos. Debemos conseguir que obedezca a la llamada, primero en casa, cuando esté jugando o despierto, pero en otra habitación, y luego en la calle. Se le recompensará cada vez que acuda y no se le reñirá si tarda en hacerlo. Hay que tener paciencia porque si asocia el venir con un castigo, no vendrá.

Tan sólo podemos soltarlo en la calle cuando el lugar lo permita y estemos seguros de que tiene la obediencia a la llamada suficientemente aprendida.

Aparte de los ratos libres de nuestra jornada, no es necesario coger horas extras del trabajo para estar con el cachorro, pero sí que debemos practicar todos los días con él, al menos una hora, las cuatro cosas básicas de su educación. Si descuidamos los primeros meses de su vida sin orden ni trabajo, luego será difícil reconducirlo de nuevo.

La ansiedad por la separación

Debe aprender lo que significa separarse de su nuevo dueño. Habiéndose acostumbrado a la presencia de su dueño para todo, se hace difícil dejarlos solos durante unas horas al día. Es muy conveniente que se acostumbren. Si no es así, esta dependencia tan estrecha les crea problemas. Es normal que se desorienten y lloren, que no coman y sientan angustia estando solos, por eso hay que ir acostumbrándoles poco a poco.

Surge aquí una patología muy conocida en nuestros días: la ansiedad por separación, que se manifiesta en lloros, aullidos, emisión de heces y orina, destrozo de muebles, rascado de la puerta de entrada, etc.. Hasta tal punto se trata de una patología que su superación está acompañada por medicamentos.

De todas formas, la clave es la reeducación por parte de los dueños por medio de las siguientes medidas:

– Realizar salidas periódicas.

– Ir aumentando el tiempo fuera poco a poco.

– No darle importancia a nuestra salida de casa.

– Acostumbrarle a ir a su lugar de descanso cuando nos vamos.
Fuente: http://mascotas.consumer.es/perros_educacion_primeros_meses_1.php

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