Quizás y junto con los monos, los perros sean los animales más apreciados por su inteligencia. La inteligencia canina es la habilidad de un perro para aprender, para pensar y para resolver problemas, de manera eficaz.
Existen algunas razas, como «Border Collies» y «Golden Retrievers», que por lo general son más fáciles de entrenar respecto a otras como los perros destinados para la caza y el trineo, aunque con excepciones. Aún el perro más introvertido, distraído y flojo puede obedecer más fácilmente el entrenamiento que, por ejemplo, un gato o un caballo. La habilidad de obedecer y aprender sin embargo no es la única medida de la inteligencia.
Debido a su naturaleza sociable entienden la estructura social y las obligaciones, y a menudo aprenden rápidamente cómo comportarse con otros miembros del grupo, ya sean perros o humanos. Los perros adultos modelan a sus cachorros mediante correcciones, auditivas o físicas, cuando no se comportan de la forma esperada y con premios si tiene comportamientos aceptables, jugando con ellos, alimentándolos, limpiándolos, etc.
Las hembras tienden a usar guaridas en busca de tranquilidad en el momento del parto y al criar los cachorros, así que pueden aprender fácilmente comportamientos como mantener su lugar limpio y aceptar estar en un área cerrada como es el caso de una jaula temporal para transporte u otro lugar cerrado.
Algunas razas han sido continuamente seleccionadas a lo largo de cientos o miles de años por su capacidad de rápido aprendizaje, mientras que en otras razas, esta cualidad ha sido relegada en favor de otras características como son la habilidad de correr, perseguir, cazar o de pelear con otros animales.