La mirada de los perros CIENTÍFICOS LA EXPLICAN

Los perros tienen una mirada irresistible. Es una mezcla de ternura, complicidad y lamento, pero hay investigadores que se han dedicado a estudiar y entender estas miradas irresistibles. ¿De dónde surgen? ¿Por qué nos generan tantos sentimientos? De acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, la mirada pidiendo clemencia del perro es el resultado de años de evolución.

Los músculos faciales involucrados en este movimiento son más comunes y de mayor tamaño en los perros que en los lobos, el pariente salvaje directo de los perros domésticos. Esto implica que el movimiento y el crecimiento de los músculos debió haberse dado en algún momento durante el proceso de domesticación de los animales.

El equipo de investigadores liderado por la psicóloga Juliane Kaminski diseccionó y analizó los músculos faciales de seis perros, entre ellos un mestizo, un husky siberiano, un sabueso, un golden retriever, un pastor alemán y un chihuahua. Además los de cuatro lobos grises. Todos estos animales fueron donados a la ciencia para poder aprovechar sus restos en una investigación que da cuenta del avance de la evolución canina.

Los científicos identificaron un músculo, ubicado encima del párpado, llamado músculo elevador del ángulo medial del ojo. En todos los perros estaba este músculo, pero en los lobos les costó mucho encontrarlo. Es más, en las pocas ocasiones que lo encontraron, detectaron que era de muy menor tamaño, a excepción del husky siberiano, una raza mucho más antigua que las anteriores.

Si bien el estudio no sostiene que haya pruebas científicas de que los perros mueven esos músculos de manera intencionada, si se puede deducir que el movimiento exagerado de este músculo supone para los humanos un mensaje. De esta misma forma, los perros se dan cuenta del comportamiento humano ante esta expresión, y actúan en consecuencia.

Los perros, luego de hacer alguna acción errónea para la apreciación humana, tienden a actuar poniendo esa mirada de lamento y ternura que hace más difícil castigarlos o tratar de imponer la autoridad o la sanción por un error. Sin embargo, este movimiento tan peculiar sería la respuesta evolutiva que durante años los perros han sabido encontrar ante complicaciones en la convivencia con los seres humanos. Una propuesta interesante que los científicos han puesto sobre la mesa para entender cómo funciona el comportamiento de los perros y las actitudes de los dueños a la hora de marcar errores y aciertos de los perros en el hogar.

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