¿Por qué trata de subirse encima de la gente?
Los perros problemáticos están de moda, pensaría alguien ajeno al mundo de las mascotas al comprobar el número de páginas que se dedican en las revistas del sector, y hasta en la prensa ordinaria, al comportamiento canino problemático.
Hace unos años no oiríamos a nadie hablar de la necesidad de que un etólogo estudiase el comportamiento de su perro y hoy son los problemas de conducta aquellos que llevan a los propietarios a buscar la ayuda de un profesional en la mayor parte de los casos.
CONDUCTA SOCIAL DE DOMINANCIA
El perro que salta sobre las personas suele hacerlo por una conducta social de dominancia. El hecho de que el perro plante las patas en el pecho de su propietario puede ser tomado por éste como una señal de afecto, un amoroso abrazo, pero seguramente lo que el perro está haciendo es afirmar su dominio sobre el mismo. Lo que ocurre es que no expresa esa dominancia con los gestos que nosotros entendemos en la especie como tales, el gruñido, los belfos contraídos exhibiendo los dientes y el pelo erizado. Se trata de una dominancia exenta de agresividad inicialmente, similar a la que podemos apreciar cuando dos perros jugando interrumpen sus retozos porque uno se monta sobre la espalda del otro.
En nuestra relación milenaria con el perro actuamos sobre el cachorro en ese delicado periodo de impregnación que se extiende de la tercera a la octava semana de vida, periodo en el que el animal aprende a qué especie pertenece. El criador le manipula, le acaricia, le limpia, compartiendo estas tareas con la madre y con ello los perros aprenden de manera natural a incluir a las personas entre aquellos con los que deben relacionarse siguiendo sus recursos sociales.
UN COMPORTAMIENTO NORMAL DE SU ESPECIE
Los perros serían felices de comportarse con nosotros del mismo modo que lo hacen con sus congéneres, puesto que nos han admitido en su grupo social, pero para su desgracia se encuentran al crecer con que muchos de sus comportamientos no nos agradan e incluso les castigamos por ellos. Que el perro del vecino acometa con toda su energía sexual tu pierna o restriegue su hocico por tu entrepierna no es cosa de agradar a nadie. Pero la simulación de actos sexuales es una pauta de comportamiento entre todos los mamíferos jóvenes durante el juego. Aproximadamente a las seis semanas de vida los cachorros empiezan a mostrar pautas de conducta social características de los adultos, como la exploración anogenital. La conducta de juego incluye a partir de esta edad secuencias motoras propias de la conducta sexual. Montan y realizan movimientos pélvicos, sin tener en cuenta el sexo del compañero. Lo hacen sobre todo los machos. Si no media una educación adecuada al ir creciendo estos cachorros tratarán a las personas de un modo demasiado “perruno”.
Fuente: http://www.grupov.es