Si nos encontramos a un perro abandonado, lo primero que debemos hacer es llevarlo a un veterinario para saber si está identificado o no. Los veterinarios tienen la obligación de hacerlo y, además, de forma gratuita. Si el perro tiene microchip, el propio veterinario se encargará de localizar al dueño.
Si el perro abandonado no está identificado hay tres posibilidades:
que nos encontremos con la posibilidad de quedarnos con él, que sea el veterinario el que le busque un nuevo hogar o buscar una institución que se vaya a ocupar del pequeño. Si no nos podemos hacer cargo del animal, hay dos tipos de instituciones: las protectoras y las perreras. Aunque muchas personas piensan que son lo mismo, en realidad, son muy diferentes: la protectora no sacrifica a los animales, lo que provoca que tengan serios problemas de capacidad a veces para aceptar a nuevos miembros.
En cuanto a la perrera, seguro que lo acepta, porque tienen la obligación de ello; pero, el animal será sacrificado en el plazo de unos 15- 20 días, si no encuentra dueño. Sin duda, tener un perro es un acto de responsabilidad y, cuando encontramos un perro abandonado, de repente, tenemos el destino de ese animal en nuestras manos.
