«El Refugio denunció a Juper por estos y otros motivos, y hoy Juper nos demanda por supuestos perjuicios a su honor. Nosotros como organización proteccionista pensamos y sentimos que es intolerable que quien somete a los animales a tales condiciones, sean o no criminales, pueda tener buen nombre. Porque proteger a los animales en éste, y en cualquier otro caso de los que seamos conscientes es nuestra obligación.» Indicó Nacho Paunero, presidente de El Refugio.
Estos perros utilizados para vigilancia, en Metro de Madrid, estaban sufriendo unas condiciones de sobreexplotación, con jornadas habituales de trabajo de más de 12 horas y llegando éstas hasta 18 horas, según las hojas de ruta de Juper, con el bozal puesto y con ausencia de cobertura de sus necesidades básicas de comida, luz y descanso. En el cuadrante también se puede ver cómo un perro llegó a trabajar hasta 24 días seguidos, sin descansar ninguno.
El 20 de julio de 2008 la policía municipal realizó un informe y sus mandos constataron la existencia de presuntos malos tratos, lo que luego originó la denuncia de El Refugio en el Juzgado de Instrucción nº 44 de Plaza de Castilla, que termina archivando por no apreciar la concurrencia de ensañamiento, requisito que antes exigía el Código Penal, pero que desde la reforma de éste promovida por El Refugio ya no es necesario.
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