En repetidas ocasiones me he encontrado con personas que pese a cumplir con las caminatas diarias y la ejercitación periódica del perro llevándole a caminar, parecen estar realizando una actividad que quizá no disfrutan tanto como su mascota…
Muchos vemos gente en la calle, tirando fuertemente de la correa de sus perros, otros vemos como los perros tiran fuertemente de las correas y ¡de sus dueños! Como si fuesen ellos quienes les llevan de paseo. Así que en está edición comparto algunos tips para evitar que esto suceda.
No hay forma de asegurar que son los perros de gran tamaño los que más jalan, pues también los pequeños lo hacen y todo depende mucho de la educación y de los hábitos que le enseñas a tu perro. Aunque pueda parecer una experiencia del tipo Tom Cruise en Misión Imposible, el logra que tu perro no jale de la correa, o por lo menos que no te arrastre con él, es relativamente sencillo. Es por así decirlo: un “nuevo hábito”.
¡Junto!
Este es el comando, la clave, la orden, vuestra llave al éxito – tanto para tu persona como para tu perro. De ahora en adelante, cada vez que salgas a caminar con tu perro, procura lo siguiente:
– Plantéate como objetivo principal de tus caminatas: lograr que el perro camine a tu lado.
– Cuando comience a tirar, plántate en seco y no avances, no al menos hasta que se haya relajado.
Al final de vuestra caminata, entrégale un premio pues si tu agrado ha sido que tu perrito ha aprendido a caminar a tu lado, entonces para él también debe haber cierta recompensa.
Además recuerda que los perros son como los niños, todos trabajan con motivación (y condicionamientos).
