Son muchas las personas de caza que utilizaban a la raza de perro los “galgos”, ya que se destacan por su gran velocidad y agilidad. Originalmente los galgos se usaban como perros de caza, aprovechando su gran velocidad para perseguir y capturar animales generalmente pequeños. La mayoría de esas presas correspondían a conejos y liebres, y de ahí viene el nombre de lebreles, con el que también se conoce a los galgos. Su velocidad es tal que algunas razas de galgos se encuentran entre los animales terrestres más rápidos del mundo.
Hoy día, los galgos también se han utilizado y se siguen usando para cazar animales de mayor tamaño, como los ciervos, pero como ya dijimos antes, es más habitual la práctica de estos para las carreras de perros.
El físico del galgo es largo, delgado y de constitución ligera. Además las patas son largas y finas, pero fuertes, y se dice que la cola alargada de estos perros les ayuda a maniobrar a grandes velocidades.
La cabeza de los galgos también es delgada y alargada. Esta cabeza delgada y alargada es poco común en otros perros domésticos, y se conoce como cabeza dolicocéfala. Por ser tan delgada, a veces la cabeza de los galgos parece ser más larga de lo que en realidad es.
Tanto la caza con galgos como las carreras de galgos, se han convertido en actividades muy polémicas y criticadas por los defensores de los animales, ya que en ambas actividades existen casos de crueldad inconcebible hacia los perros.