A menudo nos llama la atención anuncios que recibimos a través de Internet a nuestros correos o visualizamos en las redes sociales, que nos hablan de camadas de cachorros de apenas días que no encuentran un hogar en el que poder crecer felices y sanos.
Cuando leemos estas noticias lo primero que se nos viene a la cabeza y al corazón es coger uno y llevárnoslo a casa, pero, ¿por qué no lo hacemos?, y es que siempre hay una buena excusa: “Mi casa es muy pequeña”, “con los niños no me fío”, “ya tengo un perro”, “ya tengo un gato y se van a pelear”, “ya tengo un periquito”, “ya tengo una tarántula”, “ya tengo un mosquito que no se va”… y es que parece que no nos importa el sufrimiento ajeno de animales que podrían acabar en la calle sin cobijo y sin alimento, y la pregunta es, ¿cuántos hogares en los que no hay perros ni gatos no quieren o no “pueden” acoger a estas criaturas indefensas? Y todo ocurre porque alguien que sí lo acogió un día le dio por deshacerse de él.
Debido a estas razones, y para acabar de una vez por todas con el abandono de los perros, debería ser gratuito implantarles el “chip electrónico” que logrará devolverle a su hogar y que sus dueños paguen las consecuencias, así acabaría este problema, pues nadie más se aventuraría a abandonar a su mascota.