La sordera a menudo es difícil de evaluar con precisión, sobre todo porque nuestras mascotas no son capaces de decirnos cuando tienen problemas auditivos. Por lo general, es su falta de obediencia a nuestras órdenes o la falta de respuesta a los ruidos familiares lo primero que nos alerta sobre un problema de sordera.
En comparación con los seres humanos, los perros y los gatos tienen un rango muy diferente de audición. Los seres humanos pueden escuchar sonidos a 20 Hz (sonidos graves) a 20 kHz (sonidos de alta frecuencia) alcance. En comparación, un gato tiene un alcance de unos 48 Hz a 85 kHz y un perro tiene un alcance de unos 67 Hz a 45 KHz.
La sordera en los perros y los gatos pueden ser de dos tipos: conductiva o neurosensorial. Si los sonidos no pueden viajar correctamente en el oído externo o medio (es decir que el sonido no se capta correctamente), se dice que el problema es conductivo. Esto puede ocurrir cuando hay una infección en el oído, un tímpano roto, bloqueo en los canales del oído o líquido. Generalmente en estos casos, la pérdida de la audición es sólo parcial y el tratamiento incluye la corrección médica o quirúrgica. Si este es el caso con su mascota, un veterinario será capaz de resolver la sordera.
Si la sordera es neurosensorial, se trata del oído interno, y generalmente la sordera es total. La sordera neurosensorial se debe con frecuencia a anomalías nerviosas o problemas con la hidrodinámica o la física del oído interno. A medida que las mascotas envejecen, la sordera es una ocurrencia común y la del tipo neurosensorial puede ser la causa.
La sordera puede ser hereditaria en muchas razas. Las razas afectadas más comúnmente son dálmatas, border collies, setters Inglés, Boston terriers, collies, y rottweilers. También puede estar asociada con una predisposición genética. Los perros con la capa de color mirlo y los gatos con pelaje de color blanco y los ojos azules están más predispuestos a padecerla.
Esta afección es difícil de evaluar en los perros y los gatos, especialmente si sólo un oído está implicado o si sólo hay sordera parcial. Dado que las mascotas no nos pueden decir lo que oyen, el mejor criterio para confirmar si un animal doméstico puede oír o no, es por su respuesta al sonido (es decir, la mascota debe percibir conscientemente el sonido).
Se puede determinar la capacidad para escuchar de su mascota haciendo varios ruidos (partiendo desde el silencio llegando a ruidos cada vez más fuertes) y ver si su perro reacciona. A menudo, los animales de compañía muestran un parpadeo o espasmos involuntarios de las orejas, en respuesta a un sonido.
Si sospecha que su mascota tiene un problema de audición, consulte a su veterinario para que pueda determinar de qué tipo de sordera se trata y qué se puede hacer al respecto.