Nuestro perro puede sufrir vómitos o diarrea como producto de algún virus, bacteria, alergia, intoxicación, entre otras causas. Mientras este tipo de síntomas no contengan sangre o sean de tipo crónicos, se pueden tratar en casa siguiendo algunas pautas en el cuidado de nuestra mascota enferma.
Una de las posibilidades con las que contamos es suspender la alimentación de nuestro perro por unas veinticuatro horas. La diarrea y los vómitos son el resultado de que el cuerpo necesita eliminar desechos que no le pertenecen. Un buen ayuno puede ayudar a limpiar el sistema digestivo del perro con mayor rapidez. Para evitar una deshidratación, resulta fundamental proveer grandes cantidades de agua al canino y animarlo a que tome todo lo que le sea posible.
Luego de que el período de ayuno ha terminado, podemos comenzar a introducir alimentos blandos a la dieta de nuestro perro. Puede ser alguna porción de arroz con pollo o pavo. Este plato puede colaborar de dos maneras: endurecer las heces del perro y proporcionarle las proteínas necesarias para recobrar su salud.
Cuando nuestro perro sufre de algún mal estomacal, debemos evitar por todos los medios darle nuestras sobras de comida. Tal vez estamos acostumbrados a convidar a nuestra mascota algunos tipos de alimentos que no le hacen daño. Sin embargo, en un momento donde su estómago está tan sensible, lo mejor es evitar este tipo de comidas para humanos por un buen tiempo.