Por muy bien que se les cuide, es raro que un perro no se ponga enfermo alguna vez en su vida. Si queremos que nuestro perro sea sano y activo por muchos años, no debemos olvidar sus visitas periódicas al veterinario. Cuando vemos que que el perro está sano, no es necesario llevarlo con tanta frecuencia, bastará con llevarlo sólo una vez al año. Pero en cuanto detectamos alguna anomalía, debemos acudir al veterinario de inmediato, ya que él nos ayudará a salir de dudas y a solucionar los problemas de nuestra mascota.
Es importante observar los síntomas que presenta nuestra mascota: heces oscuras o diarrea, nerviosismo, quietud extrema…etc., debemos apuntar todas las características físicas como psíquicas que observemos para luego poder comentárselo al veterinario, ya que con ello le facilitaremos el trabajo y podrá descartar posibles enfermedades.
Cuando se visite al veterinario se debe estar preparado y saber contestar a las preguntas que nos hagan sobre los síntomas y los problemas. Se debe recordar siempre la cartilla veterinaria, pasaporte y documentación necesaria para su perro. Es importante que el perro vaya documentado en todo momento, para que el veterinario conozca su historial y sus problemas más frecuentes, sin necesidad de que le indiquemos todo al detalle.
En el caso de que no estemos contentos con el veterinario, cosa que ocurre normalmente, es importante cambiar de profesional, tanto para tener una segunda opinión como para librarnos de dudas y de posibles problemas. Ante todo nos servirá de apoyo, en el caso de que nuestra mascota tenga alguna patología grave.