No somos los humanos los únicos que vamos a la peluquería. También nuestros perros necesitan, además de higiene y cuidados especiales, un corte de pelo de vez en cuando. En ocasiones, acicalar a nuestra mascota es una actividad entretenida, pero otras se convierte en una pesadilla. ¿Jugamos a peluqueros? A ver qué opina tu perro. El truco, una vez más, está en acostumbrar al animal desde que son cachorros a dejarse manejar.
Pelarse es cosa seria
Hay que tener en cuenta, que la peluquería, queramos hacerla en casa, o prefiramos llevarlo a un centro especializado, es una situación extraña para el perro. Por allí, en su cuerpo, y cerca de su cara, su hocico, sus ojos, sus patas, y su rabo se contonean objetos que llaman su atención y, además, no precisamente inofensivos. Las tijeras, el peine, el cepillo, el secador, etc son elementos que pueden resultar amenazadores para un perro que nunca antes los ha visto. No es extraño que el animal se asuste y se revele.
Si quieres ahorrar un dinero y cortar el pelo tú mismo en casa, necesitas disponer de materiales adaptados. Entre ellos una mesa firme donde subir al perro para tenerlo a tu altura. Además, ten preparados cepillos y peines para perros, una máquina de cortar pelo igualmente para perros. Y por último, una tijera de punta roma, que necesitarás para recortar el pelo de alrededor del morro, orejas y patas.
Lo primero ya lo sabes: lavar y secar. Luego vienen peinar bien el pelo. Y por fin las tijeras que comenzamos a manejar por la cara del animal, eliminando el exceso de pelo molesto. Cuidado con no hacerle daño! A continuación, las patas. Y seguimos con la maquinilla, pasándola a contrapelo por el resto del cuerpo. Finalmente cepillamos.
Evita hacerlo cuando el perro esté nervioso. Es útil acostumbrarlo al manejo para que esté relajado.