El sano desarrollo del cachorro está estrechamente ligado a los cuidados que se le prodiguen. Tener en cuenta algunos hábitos higiénicos es fundamental a lo largo de toda la vida de la mascota. Así se logrará que el perro tenga un pelaje saludable, sin malos olores, con ojos, orejas, uñas y dientes limpios.
El baño del cachorro es aconsejable sólo después de que tenga las vacunas aplicadas, para evitar enfriamientos que puedan enfermarlo. Si está necesitando un baño la solución más simple es darle un baño seco. Existen productos como espumas y talcos que se aplican al animal y luego de unos minutos de sacan con un cepillado.
Cuidado integral
Luego de que el cachorro ya haya recibido todas las vacunas podrá procederse a bañarlo. El agua debe estar a 38 grados centígrados aproximadamente. Lo ideal es colocar alguno de sus juguetes en el agua para que no se asuste tanto. Se debe utilizar un champú adecuado para perros, nunca uno de humanos. Luego del baño, se lo debe secar con toalla y luego pasar el secador de cabello a unos 30 centímetros de distancia del cuero cabelludo. Se lo puede bañar cada 15 días aunque es aconsejable una vez por mes.
Los ojos, orejas y dientes también requieren especial atención. En los ojos suelen aparecer lagañas que deben ser limpiadas con una gasa húmeda a fin de que no se le acumulen. Si en las orejas aparece exceso de cerumen, se lo debe limpiar como a los humanos. Para cuidar sus dientes, es bueno darle un trozo de pan duro, ya que al roerlo se le limpiarán. Para prevenir caries nunca debe comer dulces.
Las uñas también requieren de cuidado, ya que crecen y muchas veces deben ser cortadas con un alicate especial. Otro tema de fundamental importancia es el cepillado, que debe realizarse en forma regular, desde pequeño, con un cepillo con púas metálicas. Seguir todos estos consejos de higiene tendrá como resultado a un hermoso y saludable cachorro.