Enfermedad vestibular: el diagnóstico

En primer lugar, el veterinario debe distinguir entre la enfermedad periférica y central con base en los signos clínicos. Si el veterinario sospecha  que la enfermedad es central, puede elegir para descartar una enfermedad periférica, con distintas pruebas, en primer lugar, esto es muy importante  porque las pruebas para la enfermedad vestibular central son caras (por ejemplo, resonancia magnética o tomografía computarizada).

El siguiente  procedimiento es lo que más comúnmente se realiza en la búsqueda de causas de enfermedad vestibular periférica. Si la intoxicación por drogas se ha descartado, entonces son examinados los oídos externos usando un otoscopio (dispositivo que ilumina y amplia la zona de inspección con un extremo rígido cónico que se inserta en el conducto auditivo externo). Las infecciones del oído, los tumores y los pólipos se pueden detectar de esta manera. Las enfermedades del oído medio se sospechan si el tímpano parece estar roto, saltón, turbio o de color rojo. Los niveles tiroideos son usualmente medidos por la prueba de sangre en esta etapa para descartar hipotiroidismo.

El siguiente paso de la investigación es tomar radiografías del cráneo. Son necesarios varios puntos de vista, pero el más importante es el que muestra las bulas timpánica en el oído medio con mayor claridad. Esto requiere anestesia general para permitir el correcto posicionamiento.

Si las pruebas en esta fase dan resultados normales, en muchos casos se le dará un diagnóstico presuntivo de síndrome vestibular idiopático. Esto suele deberse a:

– Que es por mucho el diagnóstico más probable.
– Que las pruebas especializadas son costosas.

No obstante, si nuevas pruebas se llevarán a cabo, como la resonancia magnética, la tomografía computarizada, la electromiografía y los estudios de conducción nerviosa son una posibilidad en algunos centros de referencia.

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