Entre los cuidados que ofrecemos a nuestro perro, se encuentra la responsabilidad de mantener la salud y buen estado de conservación de la piel y el pelaje. Para poder detectar cualquier tipo de imperfección o signo de enfermedad, compartimos contigo algunos datos básicos.
Una piel sana debería sentirse suave al tacto y verse elástica, de un tono rosado. Si la piel presentara decoloraciones o hiperpigmentación, puede tratarse de un signo de enfermedad. En este caso la recomendación es acudir a un veterinario lo antes posible para que determine sus causas y tratamientos.
Para corroborar la elasticidad de la piel, bastará con tomar un trozo entre nuestros dedos y levantarlo. Cuando lo soltamos, debería volver a su estado normal en menos de dos segundos. Si la piel permanece estirada, puede ser síntoma de una deshidratación. Consulta con el médico de confianza de tu mascota.
En cuanto al pelaje, es sencillo determinar si se encuentra en buenas condiciones de salud. Un pelo sano se verá fuerte, brillante, suave, firme. En cambio, cuando ha sido atacado por alguna enfermedad notarás que se vuelve quebradizo, opaco, áspero, y comienza a caerse. Tu tarea nuevamente será concurrir a un especialista para que evalúe las causas de la afección y su posible solución.




