Es cierto. Los perros ladran, a veces mucho, a horas insólitas. A veces por buenos motivos (ruidos muy fuertes, gritos, un extraño cerca de nuestra puerta) y a veces por tonterías (un gato que pasa, un perro que ladra a lo lejos, un coche que hace ruido en la calle). El caso es que, cuando se ponen a ladrar, no hay quien duerma.
Quienes tenemos perros hace años hemos aprendido a ignorar los ladridos ocasionales, o recurrimos a trucos para que nuestros perros no ladren de noche, como sacarlos a pasear antes de dormir, para que estén cansados y duerman. Pero, claro está, nuestros vecinos no son a veces tan comprensivos, y pueden llegar hasta a demandarnos.
Eso es lo que pasó en Croacia, donde una vecina demandó a Anton Simunovic, el propietario de Medu, por los «bramidos» que el perro emite por las noches, que no la dejan dormir y afectaron gravemente su salud. El juez croata le dio la razón a la demandante, y le prohibió al perro emitir cualquier tipo de sonido entre las 8 de la noche y las 8 de la mañana. De no cumplir con esa orden, su propietario deberá pagar una compensación de 2800 euros.
Pero hay más. Hay otra demanda por daños y perjuicios, de parte de la misma vecina, en la que reclama 1400 euros al dueño de Medu, por los daños ocasionados.
Una vez se conoció la noticia, la reacción en las redes sociales fue explosiva. El perrito tiene su propia página en Facebook (Todos con Medu), en la que más de 43000 personas le han dado su apoyo. La mayoría de las personas que escribieron en el muro de la página considera que la sentencia es abusiva, y de muy difícil cumplimiento. ¿Cómo convencer al perrito para que no ladre en determinado horario? ¿Con un bozal? Gemíría todo el tiempo, con desesperación. ¿Drogándolo? Durante doce horas al día, sería muy cruel. ¿Extirpándole las cuerdas vocales? Sería aún peor llegar a mutilar al animal por no hacer lo que su naturaleza le ordena: avisar al humano cuando algo raro está sucediendo.
Lo que es cierto es que, para solucionar el problema, existe un dispositivo que hace que el perro deje de ladrar. Un collar que cuando el perro ladra, emite una señal sonora y una pequeña descarga eléctrica, inofensiva para el animal, pero molesta. Al poco tiempo, el perro se da cuenta que no debe ladrar si tiene ese collar puesto. Y sale 60 euros, mucho menos que la multa que le pondrían al dueño si Medu vuelve a ladrar fuera de horario.