La otitis suele ser una patología muy común a la hora de hablar de infecciones caninas. La otitis externa es la más usual y es causada por los llamados “parásitos externos” (que provienen del ambiente), afectando a perros de cualquier raza o edad, pero por sobre todo a los que poseen orejas grandes y caídas.
Dada la gravedad que puede conllevar la otitis canina, y la gran cantidad de perros que la padecen, la prevención juega un rol fundamental para evitar el malestar y sufrimiento que esta infección puede llegar causar en tu mascota.
Síntomas
- Rascado excesivo de las orejas, que puede ocasionar heridas auto infligidas en tu perro.
- Frotar los oídos contra el suelo o cualquier otro objeto contundente.
- Frenéticas sacudidas de la cabeza.
- Torcer la cabeza hacia el lado del oído afectado.
- Agresividad en el animal debido al dolor.
Si notas uno o varios de estos indicadores en tu mascota, llévalo sin demoras a su veterinario para que lo revise y te diga cómo proceder.
Prevención
- Revisación periódica: Es conveniente examinar las orejas de tu mascota luego de cada paseo por el parque.
- Cuidado permanente: Tratar de evitar la exposición al agua o al polvillo.
- Evitar los bastoncillos: Utilizar un limpiador específico para oídos cada quince días.
- Luego del baño: Asegurarse de secar con cuidado los oídos para evitar que se acumule la humedad.
- Observación: Es importante mirar dentro del oído de tu perro si se encuentra alguna pelusa u objeto pequeño que pueda generar una infección.
Tratamientos de la otitis
Suelen ser extensos (20 a 30 días) y consisten en la limpieza de los oídos y/o la aplicación de gotas antibióticas, dependiendo del caso. En primer lugar se debe consultar al veterinario y evitar los tratamientos caseros, que pueden empeorar la situación. Se tratará en una primera consulta la limpieza del canal auricular para la eliminación de cuerpos extraños dentro del oído y posteriormente se concluirá con un tratamiento para eliminar las causas de la inflamación.