En una edición anterior hemos tenido oportunidad de hablar sobre algunas manifestaciones del lenguaje de los perros. Pero además de las formas de vocalización a las que suelen recurrir, también se comunican mediante ciertas partes de su cuerpo y determinados movimientos.
Por ejemplo las orejas pueden demostrar diferentes estados de animo. Bastará con observar la expresión del resto del rostro para poder determinar si se trata de una postura amenazante, amistosa, miedosa o una simple muestra de atención a nuestras palabras.
Mediante el movimiento y la posición de la cola, un perro también puede estar buscando la manera de comunicarse. Puede mostrarla erguida, en forma de curva, inclinada hacia arriba o hacia abajo, entre las patas. Sus movimientos pueden tener un ritmo suave o agitado, y en ambos casos suele tratarse de una demostración de alegría y amistad.
Por supuesto también observaremos la expresión que ofrecen sus ojos. En el caso de una mirada fija y directa seguramente se trata de una actitud desafiante. Por el contrario, un perro sumiso desviará la mirada para cualquier costado o para abajo.




