A medida que un perro crece, sus necesidades alimentarias se van modificando. Cuando nuestra mascota es vieja debemos prestar especial atención a su nutrición, procurando que reciba todos los elementos necesarios para evitar cualquier tipo de enfermedad, infección o recaída.
Con el correr de los años, el organismo de los perros va cambiando. La digestión no se realiza tan rápido como antes, y la grasa no se quema de forma veloz como en años anteriores. Esto puede provocar la suba de peso en la mascota, y para evitarlo sólo existe un único responsable: su dueño. ¿cómo?. Prestando mayor atención a su alimentación.
El recipiente con agua de nuestra mascota debe estar siempre limpio y lleno. El agua es esencial para un crecimiento saludable. Sobre todo en verano se debe insistir en la cuestión de la hidratación del perro viejo.
En todo momento la consulta al veterinario es de vital importancia. El especialista nos irá explicando los cambios que experimenta nuestro perro viejo y que no logramos entender. También nos advertirá sobre las modificaciones que vendrán en un futuro. Lo más importante es disfrutar de esta etapa junto a nuestro amigo y acompañarlo en todo momento.




