Hemos hablado en un artículo anterior sobre los primeros pasos para la adaptación de un perro a la jaula de viaje o traslado. Una vez que hemos logrado que nuestra mascota entre por su cuenta y permanezca allí sin ponerse nervioso, habremos logrado nuestro primer objetivo.
Poco a poco iremos incrementando el tiempo, para lograr que se vaya acostumbrando. Luego comenzará la etapa de los traslados. Como todo proceso de adaptación en los animales, la primera vez daremos un paseo muy corto para comprobar su tolerancia. Luego haremos algunos viajes un poco más largos.
Ten en cuenta un detalle: la jaula no es un lugar de castigo, por lo tanto no debes dejar a tu perro encerrado allí por demasiado tiempo. Procura que nunca supere las tres horas de encierro, pues podría resultar perjudicial para su salud y provocarle estrés.
Otro consejo: nunca intentes obligar a tu mascota a entrar a la jaula, pues no harás más que provocarle rechazo. Sabemos que puede llevar más tiempo del que pretendemos, pero sólo es cuestión de paciencia y de aplicar las estrategias adecuadas para lograr que tu perro entre por su voluntad.




