La llegada de un bebé dentro de un hogar donde reside un perro puede resultar una situación un tanto estresante para el animal. Sin embargo, se pueden tomar algunas precauciones para evitar cualquier tipo de accidente o problemas derivados de esta convivencia repentina.
Puede ocurrir por ejemplo que el animal comience a morder y destruir todos los objetos que encuentra a su alrededor para llamar la atención o para calmar su aburrimiento. A partir de la llegada de un bebé es muy normal que las atenciones hacia la mascota del hogar disminuyan en cierta medida.
Si el perro hubiera tenido alguna vez una conducta violenta hacia otro animal o contra alguna persona, lo conveniente será aislarlo de la habitación donde se encuentre el bebé, con el fin de evitar cualquier tipo de ataque.
Luego poco a poco se irán conociendo hasta que el perro seguramente lo querrá y lo defenderá ante cualquier peligro. Es muy importante cuidar al bebé, pero siempre pensando en no herir al animal con la indiferencia. Lo ideal será que las personas de la casa se turnen para cuidar a uno y a otro ofreciéndoles toda la atención y cariño.


