Como ya sabemos, hay dos tipos de parásitos que pueden llegar a resultar peligrosos y dañinos para nuestro perro: los parásitos internos y los parásitos externos, ambos dañinos tanto para nuestra mascota como para los que están a su alrededor, tanto humanos como animales.
Los parásitos internos son muy dañinos para el organismo interior de nuestra mascota. Algunos de estos parásitos pueden tratarse de causantes de vermes y tenias. Si hablamos de parásitos externos podemos a referirnos a pulgas, garrapatas, lombrices, piojos insectos y ácaros, todo tipo de organismos pequeños y dañinos que deben ser controlados de manera inmediata, pues de lo contrario no sólo supondrán un peligro para la salud y la piel de nuestro perro, si no también para animales y personas que estén a su alrededor y convivan con el animal. Esta desparasitación se debe llevar a cabo siempre antes de proceder a la vacunación, y antes de los 3 meses de edad.
Para evitar parásitos externos debemos extremar las precauciones higiénicas con nuestra mascota: lavarlo si es necesario, recoger de inmediato las deposiciones y orines, limpiarlo y cepillarlo a menudo (sobre todo después de los paseos), usar collares antiparásitos, mantener limpio el entorno donde vive el perro, usar algún spray insecticida, tener cuidado y vigilarlo a la hora de hacer salidas al campo o al viajar y sobre todo, revisiones periódicas al veterinario. Son precauciones que debemos llevar a cabo en todo momento si queremos conservar un buen estado de salud para nuestra mascota.
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