Tal como ocurre en algunos humanos, los perros también pueden sufrir trastornos alimenticios. Uno de ellos por ejemplo es el consumo excesivo de alimentos. El sobrepeso será la consecuencia inmediata de un perro que parece nunca saciar su hambre. Procura dar a tu perro solamente la ración que le corresponde en el día.
El problema del sobrepeso se verá agravado si tienes la costumbre de ofrecerle las sobras de tus comidas y ciertas golosinas además de su propio alimento. Evitando que esto ocurra y acompañando a tu mascota en una rutina diaria de ejercicios, estarás reduciendo el riesgo de que sufra este desorden alimenticio.
Exactamente en el otro extremo, podemos tener un perro que sufre anorexia. En realidad es uno de los trastornos menos comunes, pero existen aquellos caninos que apenas prueban su alimento. La anorexia en los perros, así como en las personas, se trata de la disminución de apetito.
Este desorden alimenticio puede originarse por dos causas principales: por problemas clínicos, en cuyo caso el veterinario seguramente le recetará algún remedio estimulante, o por inconvenientes en el comportamiento, siendo en este caso nuestra responsabilidad hacer más apetecible su dieta y premiar a nuestro perro cada vez que lo vemos alimentarse.




