Cuando escuchamos hablar de dálmatas, lo primero que nos viene a la cabeza son esos divertidos y adorables perritos de Walt Disney, que cautivaron a tantos pequeños y no tan pequeños. Sin embargo, esta raza de perros tan peculiar tiene su propia historia, y no precisamente del nacimiento de 101 cachorritos de golpe.
Y lo segundo que nos viene a la cabeza de un dálmata es, por supuesto, su pelaje único e irrepetible, blanco con manchas negras o marrones, aunque cuando nacen, carecen de esta característica, puesto que las manchas van apareciendo durante los doce siguientes meses de vida del cachorro.
Estas manchas están situadas aleatoriamente por todo el cuerpo del dálmata, siendo más grandes en lomo y más pequeñas a medida que se acerca a las ingles (sobre todo en los de pura raza), pudiendo aparecer manchas nuevas o agrandarse las existentes a lo largo de su vida.
Otra característica de esta raza, es que existe una alta probabilidad de que el cachorro nazca con sordera, congénita o adquirida, que puede ser total o parcial. Suelen ser de fuerte musculatura y poseen un esqueleto atlético, esto es debido a que, en la antigüedad se utilizaban a estos perros para acompañar carruajes (comprobado en los grabados egipcios de la antigüedad), por lo tanto, requieren bastante ejercicio y actividad.
Son perros de caza, por lo que es bastante útil para vigilar el hogar o para combatir alimañas, aunque son un animal de compañía muy fiel, pues son de los pocos perros que prefieren la compañía humana, siendo también, una de las razas de perros más inteligentes. Ladran muy raramente, haciéndolo solamente cuando es realmente necesario.
Son perros que sobre todo valoran la atención y el cariño, llegando a deprimirse si no reciben la atención que se merecen, pues son unos compañeros muy fieles a sus amos, ya que no muy sociables y amistosos, careciendo de timidez, agresividad o nerviosismo.
