A veces, nuestra perrita nos da la alegría de llenar la casa de cachorros, y digo alegría porque para mi lo es, aunque para algunas personas es horrible, sobre todo las que trabajan muy temprano, ya que tener cachorros es casi como tener bebés en casa.
Además de ocuparnos de la madre, que estará adolorida los primeros días y nerviosa, (sobre todo si es madre primeriza) tendremos que ocuparnos de los más pequeños, sobre todo si por ejemplo, el parto se complica y los cachorros nacen por cesárea.
Si la madre no está en condiciones de cuidar de sus cachorros, lo mejor es que compremos una pipeta y le vayamos dando leche en pequeñas dosis… pero muchas veces y ese es el problema que tienen muchas personas. Hay que levantarse varias veces en la noche para darles de comer correctamente, porque aunque no comen mucho, si comen seguido y si no… empiezan a llorar. La toma de los pequeños debe ser cada media hora por el día y cada 3 o 4 horas por la noche, porque se supone que estarán dormidos.
Otra cosa a tener en cuenta es que estén calentitos. A veces pasa que los cachorros no paran de llorar y la madre se va de la cesta en la que están porque no la dejan dormir (mi perra lo hizo y tuve que levantarme varias veces en la noche para taparos porque tenían frío). Si vuestra perra lo hace, lo que tenéis que hacer es calentar una botella de agua y ponerla donde estén los cachorros junto con un reloj, que simulará los latidos de la madre y que queden cubiertos por la manta, la botella les dará calor a través de esta.
De todas formas, si la madre tuvo que pasar por una cesárea, no es aconsejable que los pongas juntos, porque puede que todavía esté algo sedada y los aplaste sin querer. Déjaselos sólo para comer.